Distancia: 56km
Desnivel acumulado:1638 mt
IBPindex: 141
Crónica por Diego
Tras la impresionante tormenta caída durante la noche, el día amanece nublado. Después de dar cuenta del desayuno iniciamos el suave ascenso por carretera que nos lleva hasta Lois, yendo paralelos al río Dueñas. Por el camino admiramos las curiosas esculturas de piedras que adornan los tramos más bonitos del río. Al poco rato comienza a caer una lluvia débil que nos acompañará durante una hora.
Pasado Lois, continuamos por un camino que discurre por el fondo de un estrecho valle
formado por el arroyo de Llorada hasta el Collado de Anciles, donde cambiamos de vertiente e iniciamos el descenso hasta llegar a Liegos. Después de sellar en el punto de control continuamos por carretera hasta Lario y seguimos hasta Polvoredo, donde aprovechamos que está la furgoneta de “Frutas García” para comprar unos plátanos. Iniciamos el primer ascenso del día por el precioso valle del río Belenes, rodeado de hayas. Juan y Víctor, como siempre, van por delante, lo que me permite disfrutar en solitario de la belleza y tranquilidad de este valle.
En la parte alta, el valle se ensancha en unos prados tan verdes y llenos de humedad que nadie diría que estamos en Agosto. Tras los prados alcanzamos el collado de Jian, puerta de entrada al Parque Nacional de Picos de Europa, que nos recibe con un hayedo cerrado y muy escarpado por el que parece imposible que se pueda bajar.
Después de admirar las preciosas vistas del Valle de Valdemagán iniciamos el descenso andando siguiendo la normativa del parque. Por otro lado, después de la tormenta caída es terreno está tan resbaladizo que hace imposible bajar montado; aún así, los resbalones son frecuentes.
El descenso se vuelve cada vez más escarpado, con pasos complicados y pendientes muy resbaladizas, zonas encharcadas y arroyos y pedregales que cruzar.
Finalmente llegamos a la Central Hidroeléctrica a partir de la que está permitido ir en bici, llegando en rápido descenso a Oseja de Sajambre.
Aquí, sellamos y reponemos fuerzas preparándonos para el segundo ascenso: el temido puerto de Panderrueda. Se sube por la senda del Arcediano (GR201). Por delante 700 metros de desnivel en 7 km. que empiezan por unas fuertes rampas que al poco se suavizan, ganando altura poco a poco. Por debajo la carretera que sube al puerto del Pontón, y por encima unas nubes amenazantes; y a nuestros pies, el camino hasta entonces ciclable, se vuelve de repente un tremendo barrizal que cruzamos caminando con mayor o menor fortuna.
Al poco rato el camino se convierte en una senda con una fuerte pendiente, y empieza a llover; débilmente al principio pero arreciando poco a poco hasta convertirse en un aguacero impresionante que hace aún más penosa la ascensión. Obligados por la fuerte pendiente y por lo resbaladizo del terreno a ir caminando, continuamos subiendo. Ya no importa el agua porque estamos calados hasta los huesos, ni el hecho de ir caminando porque hace tiempo que guardamos el orgullo en la mochila, ni meter los pies en el barro porque ya tenemos hasta ranas dentro de las zapatillas: sólo queremos llegar.
La pantalla del GPS apenas se distingue, las páginas del roadbook están tan mojadas que se rompen con sólo tocarlas, de forma que la única pista para saber lo que queda hasta el puerto es el altímetro.
Finalmente, llegamos arriba ante la mirada atónita de una pareja que, desde su coche, ve aparecer de entre los árboles y la lluvia a tres descerebrados en bicicleta.
Nos abrigamos como podemos e iniciamos un largo y rápido descenso de 13 km por un hayedo impresionante. La pista está tan llena de agua que a veces parece que vamos navegando por un río, aunque ya poco importan el agua y el barro. Afortunadamente la temperatura no ha bajado de 15 grados en ningún momento y no tenemos mucha sensación de frío.
Cuando por fin llegamos a Posada de Valdeón nos invade una agradable sensación de triunfo por la hazaña realizada, alegría que inmortalizamos.
Tras lavar las bicis, a nosotros y la ropa, nos damos el merecido homenaje en la Pensión Begoña, con una sopa montañesa que revive a un muerto.
2 comentarios:
sois unos machacas y unos fenómenos.
Enhorabuena por "casi" todo.
Saludos,
Barrancas.
Algunos tramos deberían haberse llamado: "Piolets de León" o "Piraguas de León"
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