viernes, 31 de julio de 2009

ESPALION-DECAZEVILLE


Domingo 26 de Julio de 2009-12-27


Crónica por Victor “Boss”


Etapa 3



ESPALION-DECAZEVILLE


Distancia: 70Kmt.

Distancia acumulada: 235Kmt.

Altura Máxima: 682Mts.

Altura Mínima: 224Mts.

Desnivel acumulado ascendente: 1506Mts.

Desnivel acumulado descendente: 1641Mts.

Tiempo de pedaleo: 05h 49m

Tiempo Total de la etapa: 10h24m

IBPindex: 114.00


Mientras los demás acaban de desayunar y preparar las bicis, aprovecho para sacar unas fotos de los alrededores de nuestro gîte d'étape.

Después de que Juan le diese tres besos a la guapa Celine (según él es la costumbre Francesa, aunque a los pocos días descubriremos que no) y los demás nos despidiésemos de ella con un saludo, salimos de Espalion por su “pont vieux” del siglo XI (declarado patrimonio de la humanidad) sobre el río Lot continuando las marcas del GR 65 durante unos pocos kilómetros.

Jorge consulta la guía y en el mapa se ve claramente que el GR hace una subida bastante considerable a nuestra izquierda para salir otra vez a la carretera a la altura de Verriéres, así que se decide hacer Truck en vez de Track y continuamos en suave ascenso por la carretera hasta coincidir en el pueblo con el GR65.

Hemos avanzado siempre pegados a la orilla del río Lot y en coincidencia con el llegamos a Estaing un pequeño pueblo medieval pegado a un castillo, considerado como una de las villas más bonitas de Francia, aquí sesión de fotos y untada de crema para protegernos del sol.

A la vez que abandonamos el río comienza una de las subidas duras de la etapa, está asfaltada y se puede avanzar si problemas pero la cuesta de 4,5kilómetros con un desnivel medio del 7,5% se sube con alguna dificultad pero llegamos arriba sin ninguna incidencia (casi llegando al final hay una fuente a la izquierda donde paramos a coger agua).

En la bajada nos equivocamos durante unos metros y tenemos que volver sobre nuestros pasos para colocarnos encima del track, durante aproximadamente otros 10 kilómetros iremos en continuos sube-baja pero en todo momento cogiendo altura hasta los 680mts.

Según la guía del GR65, la bajada a Espeyrac es mejor hacerla por el asfalto si vas en VTT ya que está impracticable, cosa que hacemos con mucho gusto.

Después de un almuerzo a nuestro estilo (bocatas y cervezas) y de enterarnos lo que hace un pájaro de 200 kilos en un árbol (“Eclipse” lo sabe muy bien) volvemos a pedalear y durante unos cuantos kilómetros seguiremos subiendo por la carretera unas veces coincidentes con el track y otras haciendo Truck; incluso la bajada a Conques (uno de los pueblos más bonitos que visitamos) la hacemos por la carretera (muy poco transitada).

Después de ver este precioso pueblo con su excelente Abadía del siglo XI y comernos unas mini pizzas con Coca-Colas decidimos continuar la ruta; bajamos hasta el río Dourdou para una vez atravesado por el puente romano,

enlazar con una carretera estrecha y sin circulación que nos pondrá en el último subidón del día; son otros 5kmt. que con lo que llevamos en las piernas, más el peso de las alforjas se nos hacen durísimos. La hacemos toda por asfalto ya que la parte de subida que va por senda, no es para nada ciclable, además la carreterita no tiene nada de tráfico. Las vistas del pueblo son un privilegio

y todos nos preguntamos cómo es posible que montasen ahí esa inmensa Abadía.

Desde el punto más alto

hasta Decazeville son unos 15kmt llanos o en bajada; hacia la mitad de este último tramo nos paramos a ver una mesa informativa de toda la llanura que se ve a nuestro alrededor. Acabamos el día con una bajada preciosa por una senda totalmente ciclable para llegar a nuestro siguiente gîte d'étape “Les volets bleus”.

Después de ducharnos decidimos salir a cenar al pueblo y acaban convenciéndome de ir a un Chino pensando que podrían ser como en España (no muy caros y con cantidades de sobra), el caso es que después del Chino tuvimos que ir a cenar a un Kebab y con la cartera limpia; así que nos echamos unas risas y nos fuimos a dormir.

El gîte d'étape -“Les volets bleus” está bien, limpio y con un trato agradable, nos acomodaron en una habitación con 6 literas para los 5, pudimos dejar las bicis en un cobertizo y no fue de los más caros; por otra parte Decazeville no merece la pena ya que es un pueblo, en lo que pudimos ver, bastante industrial y con pocas cosas que visitar.

FOTOS AQUÍ

jueves, 30 de julio de 2009

DECAZEVILLE – LIMOGNE EN QUERCY


Lunes 27 de Julio de 2009

Crónica por Diego “Carraspanabike”

Etapa 4


DECAZEVILLE – LIMOGNE EN QUERCY

Distancia: 99Kmt.

Distancia Acumulada: 334Kmt.

Altura Maxima: 415Mts.

Altura Mínima: 144Mts.

Desnivel acumulado ascendente: 1328Mts.

Desnivel acumulado descendente: 1283Mts.

Tiempo de pedaleo: 06h28m

Tiempo Total de la etapa: 11h09m

IBPindex: 97.00

Nos despertamos con un sabor agridulce, probablemente por la cena de ayer en el restaurante chino Le Petit Hong Kong. Después del ritual de preparar las bicis para la etapa de hoy desayunamos tranquilamente en el Gite, donde nos obsequian con una barra de pan con una forma curiosa .

Tras la foto de rigor, comenzamos la etapa que, sin anestesia, nos sorprende con una subida por carretera. El cielo está cubierto de nubes y la mañana está fresca, lo cual se agradece. Tras cruzar el río Lot y ver los restos de lo que fue un puente medieval, llegamos a Livinhac le Haut., con su típico campanario de aguja .

Continuamos por un camino asfaltado que discurre entre un bosque frondoso en el que se alternan los castaños, robles y abedules. El camino es en continuo ascenso hasta la localidad de Montredon, donde añadimos un sello más a nuestras credenciales de peregrino. El cielo sigue nublado, pero empieza a apretar el calor.

Descendemos por un trialera hasta el pueblo de Guirande donde, tras deliberar frente a las ruinas de un antiguo horno, decidimos seguir por carretera para evitar dar uno de tantos rodeos; rodamos por bosques muy verdes para la época del año en que estamos y llegamos a San Félix, donde el GR65 nos lleva por una senda sorprendentemente estrecha por la que da gusto pedalear.

Al salir de nuevo a caminos más anchos, podemos comprobar cómo, en pocos días, hemos pasado de ver construcciones hechas con piedra volcánica y tejados de pizarra a otras construidas en piedra y argamasa con cubiertas de teja.

Pasamos fugazmente por el coqueto pueblo de Saint Jean Mirabel y nos hacemos una foto en un curioso monumento al Tour de Francia. Continuamos subiendo por carretera, caminos y sendas y, a 4,5 km. de Figeac cogemos una senda que nos deja muy cerca de esta localidad. La calle principal que da acceso a Figeac está flanqueada por edificios llenos de encanto. Cruzamos el río Cele y nos dedicamos a deambular por esta bonita ciudad, donde nos encontramos con unos peregrinos que van en burro.

Decidimos que ya es hora de almorzar, por lo que asaltamos el supermarche de rigor (Diego a por el almuerzo, Jesús a por las cervezas y las chuches, Víctor a por el pan y Jorge a por barritas energéticas, mientras Juan vigila las bicis). Como se estaba nublando y se levantó una viento de tormenta nos refugiamos junto a la iglesia. Tras poner en práctica las teorías de Henri Ford sobre la producción en cadena aplicadas a la preparación de bocatas, compruebo con satisfacción que da gusto alimentar a estos chicos: todo les sabe bueno y lo devoran en segundos; bueno, Jorge se toma unos minutitos más y por eso no le da tiempo a echarse un sueñecito. Finalmente la tormenta no fue a más.

Y con la tripa bien llena hacemos lo más apropiado para la situación: un repecho por carretera de más de 150 m. de desnivel. Francia, país donde conviven lo moderno y lo antiguo, no deja de sorprendernos por sus casas y sus monumentos a los caídos en la 1ª y 2ª Guerra Mundial . El ascenso nos deja en Faycelles, donde nos refugiamos a la sombra de un árbol porque a esa hora el calor ya aprieta. El camino continúa alternándose los tramos por caminos asfaltados y sendas que atraviesan frondosos robledales, atravesando parajes de singular belleza.

Rodamos muchos kilómetros sin atravesar ningún pueblo, pero no importa; vamos muy relajados, disfrutando de la ruta, a un ritmo muy tranquilo (nada que ver con los finales de etapa de los domingos), bromeando sobre cualquier cosa y aprovechando cada momento para echar unas risas. Decidimos que la senda por la que estamos rodando es la “senda ideal”: estrecha, sin apenas desnivel, con el firme liso y casi sin piedras, a la sombra de los robles, y atravesando paisajes preciosos y de rincones singulares ).

Al aproximarnos a Cajarc iniciamos un descenso en el que Víctor tiene un pequeño malentendido con unas piedras, pero se salda con sólo unos cuantos rasguños. Este descenso nos deja en las afueras del pueblo, junto al río Lot. Como es la hora de comer nos vamos Jorge y yo a una tienda a comprar y; al ver que tienen platos cocinados, decidimos darnos un homenaje a base de ensaladas variadas, paté y pollo asado. Al vino nos invita el bueno de Juan.

Continuamos camino por la carretera acompañados por un tráfico intenso al principio durante la subida. Continúa la carretera con toboganes por un robledal y finalmente llegamos a Limogne en Quercy, un pueblecito donde nos alojamos en una antigua casona regentada por Mary, una mujer madura pero con una chispa y una vitalidad envidiables, y con un sentido del humor que ya quisieran muchos cómicos.

Después de una buena ducha cenamos en el restaurante Le Vieux Quercy, donde cenamos muy bien y nos reímos hasta hartarnos.

FOTOS AQUÍ

miércoles, 29 de julio de 2009

LIMOGNE EN QUERCY – LAUZERTE


Martes 28 de Julio de 2009

Crónica por Jorge “Abuelo Cebolleta”

Etapa 5

LIMOGNE EN QUERCY – LAUZERTE

Distancia: 92Kmt.

Distancia Acumulada: 426Kmt.

Altura Maxima: 348Mts.

Altura Mínima: 121Mts.

Desnivel acumulado ascendente: 1235Mts.

Desnivel acumulado descendente: 1398Mts.

Tiempo de pedaleo: 07h 24m

Tiempo Total de la etapa: 11h54m

IBPindex: 85.00

Nota del autor: Hace tanto tiempo que lo escribí, que no recuerdo nada, así que me dedico a transcribir tal cual las notas que tomé entonces.

Otra vez a las 6,30 arriba.

El cuerpo machacado, cada dia un poquito mas. Nos vestimos rutinariamente y a desayunar. Buen desayuno, pero toca fregar. Compartimos mesa con dos mujeres y un hombre. Juan dice que una de ellas es una monja, y si él lo dice, será verdad, que de mujeres entiende un rato.

Salida a las 8,20.

El pueblo no tiene nada que ver. Salimos por un sendero dando un rodeo. Seguimos todo el GR, que va por sendas y caminos entre robles. Bonitos y divertidos. Pasamos junto a Varaire, sin entrar, y continuamos por pistas y caminos entre bosques tupidos, fáciles de andar aunque pedregosos. Es una antigua calzada romana que cruza todo el robledal en línea casi recta, dirección ONO.

Después de un descenso en mal estado por las piedras movidas de la calzada salimos a una carreterita. Hay una señora en el cruce, de una asociación cuyos datos son:

Association ARMOY

17 rue du Jour

75001 Paris

Site Internet: http://armoy.asso.fr

Email: armoy.ialbenque@yahoo.fr

La señora ofrece bebidas y pastas a los peregrinos, a cambio de la voluntad. Hay una peregrina, y se sorprende, como todos, de que vayamos en bici. Nos hace una foto para colgarla en Internet y pide que firmemos en su libro de paso. Todos los peregrinos que nos preceden son extranjeros (belgas, alemanes, etc) todos a pié. Nadie en bici. Este camino que estamos haciendo está poco transitado no mas de 20 personas por día, y todos andando. Algo impensable a finales de julio en la parte española del camino francés, donde yendo en bici siempre seriamos los últimos en llegar y en preferencia. Sin embargo aquí no hemos tenido problemas de alojamiento ni de avituallamiento.

Un poco de subida por camino pedregoso y una bajadita peligrosa hasta Flaujac. Subimos un poco más hasta la carretera D6 y nos despistamos. Aparecemos en la D22. Por no retroceder seguimos por asfalto los 5 kms que nos quedan a Cahors. Hemos visto menos peregrinos que días anteriores.

En Cahors hace un calor asfixiante. Intentamos comprar aceite lubricante en una tienda de bicis y no nos atienden. ¡¡Claro, son las 11,58, hora de cerrar!!. Compramos comida en un supermarché Casino, discutiendo si será almuerzo o comida fuerte. Nos sentamos en unas escaleras que hay en un costado del edificio, como unos indigentes cualesquiera, y damos buena cuenta de todo. Al final ha sido comida.

El calor va a más, y con la tripa llena nos dirigimos, bordeando el río por un agradable paseo, al Pont Valentre, Patrimonio de la Humanidad y uno de los hitos mas importantes del camino. La verdad, es precioso. Muchos años de historia bajo nuestras ruedas. Hacemos fotos y nos vamos haciendo a la idea del repechón de varios kms y fuerte desnivel que nos queda por carreterita local hasta la Croix Magne (el sendero sube por una zona de escalones impracticables para la bici).

Cada uno a su ritmo. Arriba me esperan, como siempre. Tras retomar arriba el camino, descendemos brevemente por asfalto y pasamos debajo de la N20 para comenzar de nuevo a subir por pista pedregosa. El camino, y la ruta en general, es un continuo sube-baja, las primeras etapas en el Macizo Central de largos puertos y éstas de más cortas pero continuas subidas. Tras pasar el barrio de les Mathieux se llega a una gîte d’etape con piscina y da tentación de quedarse, porque hace unos 40º. De los 5 mosqueteros, dos iban por delante y se pasan el cruce y todo lo pasable (¡¡que prisas!!). A tirar de móvil y a esperar a que bajen.

Los señores del albergue muy amables. Hablamos un rato sobre el camino y los discapacitados. Se dedican fundamentalmente a discapacitados físicos y psíquicos, a facilitarles el viaje, transportándolos en unas sillas o camillas especiales en su peregrinaje hasta Santiago. Es sobrecogedor ver algunas de las fotos, del coraje que le echan para llegar hasta Compostela. ¡¡¡Y nos quejamos nosotros!!!.

A pesar de la buena acogida, del ofrecimiento de la piscina y de las instalaciones, de ser la 3 de la tarde, mas de 40 º a la sombra, “como semos asín”, pues preferimos continuar.

Tras una bajada un tanto peligrosa, de la que ya nos habían advertido, llegamos a la carretera. Cruzamos un arroyo, y tras una visita generalizada a la toilete, de nuevo subida en mal estado, con el piso lleno de piedras sueltas y gordas. Arriba paramos a comer un plátano, apretados bajo la sombra de un arbusto. Se llega a Labastide-Marnhac. Dejamos el desvío a Hospitalets y seguimos por pistas ondulantes y agradables por las que se disfruta, hasta Las Cabanes, siendo esta la parte más suave de toda la etapa.

Tomamos una Coca-cola en la gîte, que es acogedora y está situada en un bonito lugar a las afueras de la población, pero no hay nadie. El siguiente repecho no lo hacemos por el GR, que es difícil, vamos por una pista asfaltada de muy fuerte pendiente.

Cerca de Montcup hay dos opciones, entrar al pueblo, que no tiene nada especial, bajando y volviendo a subir , o hacer la variante acortando directamente. Estamos cansados, hacemos la segunda.

Antes de llegar a Bonal hay una preciosa bajada por sendero. Para los amantes empedernidos de las sendas o singletracks , como es mi caso, esto es el paraíso. Algunas de las que hemos pasado son perfectas, tanto de subida como de bajada. La pena es ir cargado con las mochilas, aún así no me corto bajando y disfruto una barbaridad. Al comenzar a subir rompo un radio en la rueda trasera, el 2º. Lo arreglaré a la tarde. Pasamos por una finca de maíz encharcada, el único barrizal que nos hemos encontrado en todo el viaje. De nuevo se vuelve a subir (y van…) bordeando Montlauzun, un pueblecito de postal, en lo alto de una colina puntiaguda.

Cruzamos la carretera y nos ponemos a ascender por un sendero que se empina cada vez más. Nos metemos en un bosquete y el camino se hace impracticable. Encontramos a dos peregrinas a pie japonesas (alucinan al vernos llegar). Al final tras discutir un poco nos damos la vuelta, que a estas alturas de la etapa no nos apetece empujar la bici durante no sabemos cuanto tiempo ni por donde.

Bajamos 5 kms por carretera hacia Lauzerte, y ¡¡¡como no!!!, el pueblo está en un alto.

Hay que subir otros 2 duros kms. Bonito pueblo con plaza porticada. Buscamos el albergue y no lo encontramos. Tras idas y venidas, preguntas y discusiones, de vuelta para abajo, el albergue está en la mitad de la subida.

La primera impresión es preocupante. El albergue está a medio hacer, por el exterior está todo lleno de escombro y las paredes sin recubrir. Está empezando a anochecer y no estamos seguros de que allí se pueda dormir. Sin embargo, al entrar dentro vemos que está muy bien, a falta de pequeños detalles. Se lo están haciendo ellos y van poco a poco. Es una gente muy maja.

Al llegar al albergue, lo de siempre, cada uno a su rollo, duchas, equipaje, revisar bicis, etc. Diego se pone a cocinar y yo me salgo a una mesa que hay afuera para escribir estas notas para la crónica. Comparto con un señor flaco de barbas, tipo Quijote, que va en burro y acompañado de una señorita rubia, también con su burro. Ella parece bastante más joven y de mejor ver que él. Algún encanto oculto tendrá el señor, aparte de tocar la guitarra bastante bien, con la que me estuvo deleitando durante un rato.

Acaban saliendo todos y, Diego que ve la guitarra, no se puede reprimir y se la pide. Nos toca unas cancioncitas que a Juan le hacen saltar las lagrimitas.

Diego se pone el disfraz de chef y prepara unos exquisitos tomates en ensalada, con aceite de oliva, como debe ser, y unos espaguetis carbonara. Fantásticos.

Jesús y Victor se meten un poco en internete, que si mensajes, que si que tiempo va a hacer, que si las noticias.

Cenamos y a la cama. Compartimos una habitación que está bastante bien, pero en la que pasé una de las peores noches de mi vida. Pensaba que no la contaba. Quizás comí demasiados espaguetis.

Por fin amanece. Un día más nos espera. Menos mal.

FOTOS AQUÍ